sábado, 31 de marzo de 2018

RESURRECION


Evangelio según San Marcos (Marcos 16, 1-8)
Pasado el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para ungir el cuerpo de Jesús. A la madrugada del primer día de la semana, cuando salía el sol, fueron al sepulcro. Y decían entre ellas: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?» Pero al mirar, vieron que la piedra había sido corrida; era una piedra muy grande. Al entrar al sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas quedaron sorprendidas. pero él les dijo: «No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto. Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que él irá antes que ustedes a Galilea; allí lo verán, como él se lo había dicho». Ellas salieron corriendo del sepulcro, porque estaban temblando y fuera de sí. Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.
 Pablo escribe en su primera carta a los Corintios: "Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados de acuerdo a las escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las escrituras" (1ra de Corintios 15:3-4). Pablo enfatiza la importancia de la resurrección con esta afirmación: ""Y si Cristo no resucitó vana es entonces nuestra predicación, y vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que Él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan" (1ra de Corintios 15:14-15).

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